Actividades Académicas

Real Sociedad Geográfica

Madrid, una capital en gestación


Compartir

Cuando en el año 1518 se firmaban en Valladolid entre Carlos V y Magallanes las capitulaciones, que harían posible la salida de la expedición capitaneada por el marino portugués hacia las Islas Molucas navegando hacia el oeste, la relevancia de Madrid era tan reducida que el Emperador tardaría aún seis años en pisar suelo madrileño. Sin embargo, a pesar de que su entidad urbana no podía competir con la de Burgos, Toledo, Valladolid, Sevilla, Valencia o Barcelona, en Madrid se estuvieron gestando, al menos durante todo el siglo XV y más aceleradamente durante la primera mitad del siglo XVI, algunas de las condiciones que determinaron su elección por Felipe II como capital de la Monarquía Hispánica en 1561.

Por tanto, a lo largo de este siglo y medio largo, sin que pueda hablarse de nada parecido a un plan previo, lo que sí está sobradamente demostrado por la evidencia de los hechos es que la villa de Madrid, su alcázar y su entorno territorial fueron objetos de modificaciones que los harían cada vez más atractivos para las estancias reales. Es de destacar, a escala territorial, la creación y utilización regular de una red de cazaderos, palacios y casas reales, iniciadas por los Trastámara y ampliadas por los Habsburgo entre la Sierra de Guadarrama y el valle del Tajo, en cuyo centro se encontraba la Villa de Madrid.
Obviamente, a estos antecedentes vinieron a unirse en el reinado de Felipe II nuevas circunstancias derivadas de la enormidad y diversidad de los territorios que tenía que administrar y de la complejidad de la maquinaria administrativa para hacerlo, todo lo cual supondría el impulso definitivo a la transición del modelo cortesano medieval (itinerante) al moderno. En conclusión, aunque fue y sigue siendo motivo de controversia la oportunidad o el acierto de que durante los meses de mayo y junio de 1561 Felipe II dictara las disposiciones oportunas para el traslado de la corte desde Toledo a Madrid, lo que en absoluto puede
mantenerse es que se tratara de una improvisación o del mero ‘capricho’ del Rey Prudente. Eso sí, sin haber dejado por escrito los motivos de su decisión, probablemente porque no la considerara definitiva.

Ponente: Ponente: Manuel Valenzuela Rubio. Universidad Autónoma de Madrid

Ver vídeo de la conferencia.

Ver el resto de conferencias.