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Un día a bordo del “Juan Sebastián de Elcano”, buque-escuela de la armada española

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Instituto de Historia y Cultura Naval

Armada Española

El equipo del buque-escuela lo componen la dotación y los guardiamarinas, 240 hombres y mujeres en un espacio reducido; por ello, la organización del buque es tan importante como el respeto hacia los demás. La dotación funciona en una rutina de horarios y trabajos para, además de marinar este magnífico bergantín-goleta y ser buque-escuela para futuros oficiales de la Armada, proporcionar cinco comidas al día, servicio de lavandería, peluquería, elaborar pan, producir agua potable, etc… La vida de los guardiamarinas se caracteriza por tener muchas tareas y obligaciones, así como por su poco tiempo y espacio disponibles.

El día comienza con el “toque de diana”. Son las 07:00 y hasta entonces, salvo la vigilante guardia de mar, los panaderos y el personal del tren de lavado, todos descansan antes de comenzar un nuevo día. Tras el necesario aseo personal, todos acuden a desayunar. En sus cámaras y comedores disfrutan de pan recién elaborado, y en ocasiones bizcochos u otros dulces adquiridos durante la última escala en puerto.

A las 08:00 la dotación forma por brigadas, las de “Servicios”, “Maniobra”, “Máquinas y “Energía y Propulsión” y “Operaciones y Comunicaciones”. El oficial de brigada pasa revista, comprobando el correcto aseo y uniformidad del personal; después, los oficiales y suboficiales asignan las tareas diarias a cada uno. De igual forma, el Comandante de Brigada de los guardiamarinas pasa revista a los alumnos en cubierta, antes de empezar sus actividades rutinarias.

A partir de esa hora, se puede observar el trabajo de la dotación del “Elcano” en toda su magnitud, mientras los guardiamarinas asisten a clase en su cámara, auténtico compartimento multifunción, pues es su comedor, sala de estar, sala de estudio y aula. La cubierta es un hervidero de gente donde los “maniobras” repasan o reparan la jarcia, mientras la brigada de máquinas realiza sus mantenimientos, y la de operaciones y comunicaciones trabaja en el puente, la derrota o la radio.

A 10:30 se hace un receso para tomar café y el típico bocadillo de la mañana. A las 11:00 se vuelve a clase o al trabajo, hasta las 12:45. A partir de este momento y hasta las 15:45, excepto para el personal de guardia, se dispone de tiempo libre para descansar, hacer deporte, y comer en uno de los dos turnos: a las 13:00 y a las 14:00 horas. Para los guardiamarinas, todo lo anterior siempre es interrumpido por la hora de la meridiana, cuando el sol adquiere su máxima altura: los guardiamarinas toman la altura del sol con el sextante y calculan la posición del buque (en latitud y longitud), como prácticas de la asignatura de astronomía y navegación.

A 15:45 se reanudan las clases y los trabajos. La dotación continúa su actividad hasta las 17:45, para que las cubiertas se mantengan en el mejor estado de policía, asegurar que toda la jarcia, motones, aparejos (vitales para la maniobra de cada vela), equipos y sistemas de navegación, comunicaciones y propulsión se encuentren en el mejor estado, y para afrontar las maniobras y navegación con seguridad.

Tras finalizar los trabajos y las clases vespertinas, se vuelve a disfrutar de tiempo para el esparcimiento, o el estudio en el caso de los guardiamarinas, siendo la cubierta del buque el lugar preferido para disfrutar del tiempo libre.

A las 20:00 tiene lugar el concierto por una pequeña unidad de música militar de la dotación. Con los guardiamarinas prácticamente recogiendo sus sextantes, tras tomar sus lecturas al vislumbrar las primeras estrellas durante el crepúsculo vespertino, la unidad de música interpreta temas de ayer y de hoy.

Tras el concierto, el personal se distribuye por cámaras y camaretas para cenar y disfrutar de unos últimos momentos de convivencia. Poco a poco, la concurrida cubierta del “Elcano” irá quedando despejada y la dotación se retirará a descansar, salvo la guardia.

La noche se divide en tres periodos de guardia, cada uno de 4 horas, desde las 20:00 hasta las 08:00, en los que los diferentes equipos de guardia, incluidos los guardiamarinas, gobiernan el buque desde el puente, vigilan los sistemas de energía y propulsión, ajustan el aparejo en función del viento, etc.

Pero no todas las situaciones pueden solventarse con el personal de guardia, y en ocasiones es necesario ordenar “maniobra general” donde, al son de los “chifles” de los contramaestres, los guardiamarinas y toda la dotación trabajan como uno solo, compenetrados hasta el extremo para virar el barco o ajustar el aparejo en función del viento.

Este es un día a bordo del “Juan Sebastián de Elcano”, donde la dotación y los guardiamarinas sirven con entusiasmo e ilusión, dando lo mejor de sí en este emblemático y nonagenario buque.